El inesperado bloqueo del Paso Cristo Redentor en pleno fin de semana largo no solo generó malestar entre turistas, sino que también encendió alarmas en el ámbito del transporte de carga y logística transfronteriza. La decisión, adoptada por las autoridades chilenas al detectar el acercamiento de un frente de nevadas hacia la cordillera, obligó a una paralización total del tránsito vehicular en ambos sentidos, complicando el panorama de quienes tenían agendas planificadas o rutas de abastecimiento por la frontera.
Turistas que habían organizado escapadas a Chile se vieron obligados a modificar sus planes o esperar largamente en filas. Hoteles, servicios turísticos y comercios del lado mendocino perdieron parte del flujo esperado, generando reclamos por la falta de previsión y comunicación. En cuanto al transporte de mercaderías, la interrupción impacta en la cadena de suministro: camiones provenientes de ambos países se encontraron en situación de espera, lo cual puede implicar costos extra por demoras, combustible y recursos humanos, así como posibles efectos de desabastecimiento en puntos fronterizos.
Las autoridades de vialidad y aduanas de Argentina y Chile coincidieron en que la clausura tiene carácter preventivo, pero reconocieron que el paso por alta montaña requiere un monitoreo constante y una coordinación bilateral eficiente. Desde el lado argentino se señaló que existe una mesa de seguimiento, aunque ante eventos de esta magnitud la planificación se ve limitada por los factores naturales. La lección para la temporada es clara: en alta montaña, los anuncios breves pueden generar grandes consecuencias económicas y operativas.
De cara al futuro, expertos en logística sugieren reforzar la comunicación anticipada hacia conductores particulares y empresas de transporte, ampliar los sistemas de alerta meteorológica para corredores críticos y desarrollar planes alternativos de contingencia. Mientras tanto, los efectos del cierre ya se sienten: un fin de semana que prometía normalidad quedó marcado por la incertidumbre, la espera y la redefinición de los tiempos en la cordillera.





